Coincido en la consideración del arte como algo intencionado (no sé si producto), no fortuíto. Detrás de toda creación artística hay una intencionalidad, un própósito, generalmente, el de comunicar algo. El hecho de la comunicación, como ocurre en cualquier otra comunicación (verbal, simbólica...) debe contar con el acuerdo de emisor y receptor; es decir, amboas, creador y audiencia o espectador, deben compartir el mismo lenguaje. No creo que pueda darse una comprensión de la obra artística si la audiencia no participa de los referentes culturales del artista. Es algo que Geertz deja claro en su artículo cuando habla del "poeta del Islam". No se trata sólo de un lenguaje religioso, sino que va más allá, debe haber experiencias comunes por ambas partes para que se produzca la comunicación en el hecho artístico...
Se me ocurre que es lo mismo que pasa con la gente que "no entiende" que un grafitti sea arte. Aún perteneciendo quizás a la misma cultura, los códigos de esa comunicación son diferentes, no son compartidos por gente de diferentes generaciones.
Si, según mi punto de vista, en el hecho artístico debe haber comunicación, no sé si entonces la intención primera sería la contemplación... Me da la impresión de que contemplar es un hecho pasivo; quizás no, quizás si somos capaces de colegir algo de la obra que contemplemos (o escuchemos, olamos, toquemos), ya estemos realizando una participación activa, y no sólo contemplativa. Es aquella frase que tanto coraje me da de "no me llega", al hablar de una obra. Me molesta por lo manida, pero posibemente sí sea así... Si no nos llega lo que el autor expresa, no puede haber comunicación, no?
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